Las criptomonedas son un instrumento de intercambio digital que surge como respuesta a la crisis económica originada en los EEUU en el año 2007, la primera moneda digital fue el Bitcoin creada en el año 2008 por Satoshi Nakamoto (seudónimo creado para cuidar el anonimato) y mostró al mundo la estabilidad que podía tener una moneda encriptada creando valor a través del internet generando su primera transacción el 03 de enero de 2009 enviando los primeros 10 Bitcoins a Hal Finney. Hoy en día, existen más de 800 criptomonedas diferentes siendo las más populares y de mayor capitalización el Ethereum, Litecoin, Ripple, Dash, Bitcoin Cash, Neo, Ethereum Classic, Monero y por supuesto el Bitcoin, por lo general el nombre de cada una de ellas se origina del software utilizado para crearlas.
Aproximadamente el 95% de las criptomonedas utilizan la tecnología blockchain (cadena de bloques) que incluso está revolucionando muchos sectores hoy en día, y funciona como una base de datos compartida en un gran libro contable donde se registran las operaciones de compra y venta de cada transacción. Dentro del mundo de las criptomonedas, el blockchain reúne un conjunto de apuntes compartido vía on line en la que se registran códigos de las operaciones, cantidad, fecha y participantes de cada transacción. Toda esta información al utilizar claves criptográficas y ser distribuida mediante ordenadores (mineros), presenta ventajas en la seguridad frente a fraudes o posibles manipulaciones financieras.
La minería de criptomonedas consiste en la utilización de un hardware especializado necesario para procesar todas las transacciones que se realizan en las diferentes cadenas de bloques (blockchain) existentes, con el fin de mantener un registro actualizado, seguro y libre de información basura. Que a diferencia del método utilizado por los bancos centrales a nivel mundial, es la manera más democrática en la que se crea dinero en esta nueva economía, donde se distribuyen los beneficios entre aquellos que contribuyen a realizar el trabajo. La recompensa por trabajar en el mantenimiento de la infraestructura de una cadena de bloques, es sin duda uno de los más grandes motivos por los que las criptomonedas en general han comenzado a hacerse muy populares en el mundo.
Si bien, las criptomonedas tienen el interés de muchos inversionistas que ven atractivo esta nueva forma de crear dinero digital, recordemos que no existe ningún organismo o gobierno que las regule, por esta razón, su legitimidad se ve debilitada como instrumento real para el intercambio de bienes y servicios. Aunque el Bitcoin se puede utilizar como instrumento de pago en muchas plataformas digitales y en países como Japón, aún existen muchas lagunas desde el punto de vista comercial e impositivo.
El dinero como lo conocemos actualmente está protegido por los bancos centrales y por controles gubernamentales que funcionan para prevenir prácticas indebidas, controlar la inflación o erradicar la falsificación. Por ahora, las criptomonedas no tienen este apoyo y solo dependen de la minería y del proceso de encriptación o control para mantener su legitimidad. Estoy completamente seguro que las criptomonedas o el dinero digital son el futuro del mundo financiero, pero aún hay mucha tela que cortar porque para garantizar un apalancamiento adecuado de ellas será necesario su regulación y control, los gobiernos buscarán beneficiarse de este nuevo sistema financiero y los bancos encontrarán nuevas formas para ser parte de la nueva economía.