Para quien no sabe adónde va, cualquier viento le es favorable. Muchas personas viven el día a día sin un norte definido, sin saber hacía donde van, esperando que sus objetivos se hagan realidad como por arte de magia, ocupados en lo urgente y olvidando lo importante, pensando que viven solo porque respiran sin entender que todo aquello que vale la pena tiene un precio y que la suerte es solo la consecuencia del trabajo arduo e inteligente. Nada llega por casualidad y menos el éxito financiero, este último se logra con planificación, definiendo objetivos y un plan de acción que te lleve del punto A al punto B.
Muchos quieren lograr prosperidad y abundancia en sus vidas, pero no están dispuestos hacer sacrificios, a pagar el precio y a entender que AQUELLO QUE NO SE PLANIFICA NO SE LOGRA. Para muchos comprar un carro, ahorrar para adquirir un apartamento o viajar son sueños inalcanzables o muy difíciles de lograr alegando la falta de dinero como causa principal, pero en muchas ocasiones en mis asesorías financieras reviso las razones fundamentales por las que una persona o una pareja fracasan en sus intentos por lograr sus objetivos y descubro que las razones se repiten, LA FALTA DE PLANIFICACIÓN Y METODOLOGÍA. Por esta razón, sugiero algunos pasos que pueden ayudarte a lograr tus metas financieras:
- Define qué deseas lograr en los próximos dos años y para qué.
De acuerdo con tu meta financiera, determina la cantidad que ahorrarás a la semana o al mes. Te recomiendo ahorrar mínimo 10% de los ingresos. Si tus gastos te permiten ahorrar más, hazlo.
- Controla tus gastos.
Elabora un presupuesto, en ese presupuesto deberás registrar todos tus gastos (alquiler, transporte, comida, ropa, salidas a comer o al cine, medicamentos y visitas al médico, etc.). Nunca gaste más de lo que ganas. Una hoja de Excel es una buena alternativa para llevar ese control.
- Revisa y haz cambios constantemente.
Observa cada quincena o cada mes tus gastos para detectar cuáles son las principales fugas de dinero y corrígelas inmediatamente. La diferencia entre las personas adineradas y las que no lo son está en los hábitos y principios que aplican con su dinero.
- Reduce tus gastos de entretenimiento.
Para cumplir una meta, si de verdad la deseas, tendrás que apretarte el cinturón y dejar aquellos gastos inútiles o que son más placer que necesidad. Por ejemplo, el café que compras camino a la oficina. No salgas a comer cada fin de semana y disminuye tus visitas al cine.
- Invierte parte de tus ahorros.
Piensa en invertir parte de tus ahorros en algún instrumento que te dé rendimientos más altos que el banco. Conoce bien el instrumento en el que pondrás tus recursos y antes de colocar tu dinero, pregunta por los riesgos que implicará su inversión.
Más allá de todas las situaciones externas y retos que vivimos en Venezuela, debemos aprender a planificar el éxito, PORQUE SINO PLANIFICAS TU ÉXITO ESTARÁS PLANIFICANDO EL FRACASO.